También llamadas bolas de armonía, los llamadores de ángeles son parte de una tradición que se remonta a milenios de generaciones en civilizaciones tan diversas como México e Indonesia. El colgante esférico emite un sonido que inspira calma y armonía cuando se enrolla en la palma de la mano.
En la cultura maya, era conocido como el “Llamador de Angeles” (en inglés: the Angel Caller). Una leyenda recuerda cómo el suave tintineo de la bola interna, que es único en cada colgante, tiene la capacidad mágica de convocar al ángel guardián de su portador, protegiéndolo y acompañándolo a lo largo de su vida.
La bola de la armonía fue dada tradicionalmente a las mujeres embarazadas, que la usarían a lo largo de su embarazo como amuleto para proteger a su bebé. Después del nacimiento, el suave y familiar tintineo de la campana calmaba al recién nacido, ayudándolo a dormir recordándole el suave calor y el cuidado del útero. El colgante Harmony Ball se le dio al recién nacido, colgado sobre la cuna o cosido en la manta de confort del bebé para ayudarlo a calmarse y protegerse en la forma del ángel guardián invisible del bebé.